Todos los años entre el 4 y el 5 de julio, se juntan varias celebraciones importantes y conocidas por todos. La Independencia de Venezuela, la de Estados Unidos, y el día del Arquitecto. Carlos Raúl Villanueva, junto a Luis Eduardo Chataing, Cipriano Domínguez, Rafael Bergamín, Enrique García Maldonado, Heriberto González Méndez y Roberto Henríquez fundaron la Sociedad Venezolana de Arquitectos un 4 de julio, (pero en 1945), y por eso se celebra ese día como el Día del Arquitecto.
Para conmemorarlo, todos los años publico el Credo de Aquiles Nazoa, que les comparto más abajo, que seguramente disfrutarán su lectura tanto como yo. (Del cumpleaños de Venezuela y del de Estados Unidos les hablo después).
Creo en Pablo Picasso, Todopoderoso, Creador del Cielo de la Tierra;
Creo en Charlie Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones,
que fue crucificado, muerto y sepultado por el tiempo,
pero que cada día resucita en el corazón de los hombres,
Creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable,
Creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa,
Creo en la cualidad aérea del ser humano,
configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose
como una Purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo;
Creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente
debajo de la almohada de mi niñez;
Creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música,
yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré,
salir liberada y radiante de la dulce Eurídice del infierno de mi alma,
Creo en Rainer María Rilken héroe de la lucha del hombre por la belleza,
que sacarificó su vida por el acto de cortar una rosa para una mujer,
Creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia,
Creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar;
Creo en un barco esbelto y distantísimo
que salió hace un siglo al encuentro de la aurora;
su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles,
junto a sus sienes un resplandor de estrellas.
Creo en el perro de Ulises,
en el gato risueño de Alicia en el país de las maravillas,
en el loro de Robinson Crusoe.
Creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta,
el Beralfiro el caballo de Rolando,
y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero.
Creo en la amistad como el invento más bello del hombre,
creo en los poderes creadores del pueblo,
Creo en la poesía y en fin,
Creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama.
–Credo, Aquiles Nazoa